Hablemos de Amanecer en la cosecha de Suzanne Collins
Os traigo la reseña de la nueva precuela de Los Juegos del Hambre, que narra la historia de uno de los personajes más importantes Haymitch Abernathy. Se trata nada más y nada menos de Amanecer en la cosecha, que relata su historia en el Vasallaje de los 50 de Panem. Es bien sabido que son muy fan de esta serie de libro y tengo que decir desde ya que no ha bajado el nivel con esta nueva entrega.
En español esta publicado por el Sello Molino (Grupo Penguin Random House ) y la traducción está hecha por la misma que lleva con esta serie desde el inicio, Pilar Ramírez Tello.
Aquí os dejo la sinopsis:
Cuando te roban todo lo que amas, ¿queda algo por lo que luchar?
Amanece el día de los Quincuagesimos Juegos del Hambre y el miedo atenaza a los distritos de Panem. Este año, en honor al Vasallaje de los Veinticinco, se llevarán de sus hogares al doble de tributos.
En el Distrito 12, Haymitch Abernathy intenta no pensar demasiado en sus probabilidades. Lo único que le importa es que se acabe el día para poder estar con su chica.
Cuando anuncian el nombre de Haymitch, todos sus sueños se rompen en pedazos. Lo separan de su familia y de su amada, y lo envían al Capitolio con los otros tres tributos del Distrito 12: una amiga que es casi como una hermana pequeña para el, un chico obsesionado con analizar apuestas y la chica más estirada de la ciudad. Cuando empiezan los Juegos, Haymitch comprende que en el Capitolio quieren que fracase. Sin embargo, algo dentro de el desea luchar… y que el eco de esa lucha llegue mucho más allá de la mortífera arena.
RESEÑAS
La historia tiene una similitud clara con el libro de En llamas, pero con una vuelta de tuerca mucho más amarga: es como ver esa misma rebelión, esa misma chispa... pero sin que nada termine saliendo bien. Aun así, algo en la forma de narrarlo mantiene viva una pequeña llama de esperanza, como si aún en lo más oscuro pudiera haber espacio para creer que el plan de romper la arena saldría bien. Como en obvio, no ocurre así.
Uno de los mayores aciertos de la novela es ofrecernos otra perspectiva sobre unos Juegos que ya creíamos conocer por medio de Katniss y Peeta en En llamas. Lo que vimos a través de los ojos de ellos era solo la versión controlada y manipulada del Capitolio, que se muestra al final de Amanecer. Aquí, por fin, accedemos a la historia real, más cruda y más honesta, pero que limpia la imagen de Haymitch del "canalla". Es también una forma de la autora de mostrar como los gobiernos pueden manipular las imágenes para mostrarle a la población algo que no es del todo cierto. La propaganda tan conocida de la que se habla siempre y que Collins critica con las citas iniciales del libro.
Volviendo a la novela, la arena de estos Juegos es especialmente retorcida (incluso para los estándares de Panem me atrevería a decir), con una brutalidad que ya no se oculta tras el espectáculo. La imagen de que todo lo bonito tiene un peligro oculto. La crueldad disfrazada de bondad se convierte en lo cotidiano, y los mutos son los verdaderos verdugos en estos juegos en lugar de los tributos. Solo hay un par de muertes narradas al final entre tributos, pero la mayoría es por culpa de esos animales diabólicos.
Los tributos del Distrito 12 han sido una de las grandes sorpresas, especialmente Mayselee. Su evolución, su forma de tender puentes a pesar de las diferencias, y ese gesto de todos los tributos formar el grupo de "novatos", como una especie de resistencia mínima dentro de los propios Juegos, fue profundamente conmovedor... y también trágico, porque el precio a pagar fue altísimo. Sabía que Mayselee que no se iba a salvar, pero me gustó ver que no murió peleada con Haymitch como se creía, sino siendo hermanos.
Y como era de esperar, el final es trágico, con un incendio inesperado, unas chuches envenenadas y Haymitch alejándose de todos. el final no hace concesiones. Pero lo que verdaderamente te destroza y a la vez te da calma es el epílogo. Ver que ha sido el propio Haymitch el que les cuenta la historia y como habla de Katniss, que ella le traiga los huevos de ganso y al fin este en paz con Leonore Dove. Es ahí donde la historia se clava hondo y deja una marca duradera en el lector.
En definitiva, Amanecer en la cosecha no es solo una novela puente: es un golpe emocional, una historia amarga pero necesaria, que amplía el mundo de Los Juegos del Hambre sin perder su esencia. Muestra la influencia de la propaganda y la manipulación, que es algo que ahora estamos pudiendo comprobar con nuestros propios ojos como de peligrosa puede ser. Y también, es innegable, es un libro hecho para los fans que tanto ansiábamos conocer la historia de este personaje.
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